Esta novela también me dejo un mal regusto en la boca, uf, iba bien hasta qué pasado la mitad comienza a ser inverosímil la historia y el desarrollo se fue a las pailas o más bien al carajo.
Mmmm no sé qué le pasa a la autora, pero es la segunda que me leo, de los nuevos lanzamientos y pasa lo mismo, desarrollos inverosímiles, es una pena, que ya no sean tan bueno como antes, que haya caído en el relleno y en situaciones absurdas, como tantas otras autoras.
Obviamente, no me gusto el desarrollo en varias partes. Debería estar catalogado como serie fantasía, más que como serie Australia… Sí. Después de la mitad pasa a ser una historia paranormal (que con lo paranormal comenzó después de la mitad me lo tuve que bancar).
La novela tiene de todo; mucha fantasía, acción, explosiones, muertes, balazos, tormentas, fantasmas, apariciones, etc.
La historia se centra en Opal quien lleva un rancho a duras penas en Australia. Su vida era relativamente normal, o sea, con muchos problemas de económicos.
Mike es un minero que quiere incursionar en una mina de Opalo, cuya dueña es Opal. Después de mucho dimes y diretes él consigue lo que se propone, solo que no previo el costo que tendría salirse con la suya.
Todo se complica cuando la tía de Opal en su odio, no se da cuenta y llama a la tragedia.
La historia en sí es buenísima, solo la embarro en el desarrollo de la segunda parte. Pero si sigues la serie léela, pero no te perderás de nada.
Tampoco me gusto el final, sí que sé salió de madres la autora. No sé qué habrá tomado cuando escribió esta novela o que estaba viendo. Esperemos que mejore en las siguientes. Por mientras estoy leyendo todo lo antiguo de ella.
Nos leemos en mi siguiente lectura.
Por HS
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Sinopsis:
Opal Flaherty poseía la mina de ópalo más peligrosa de toda Australia. Había perdido a gran parte de su familia por su culpa y por eso la mina se mantenía cerrada a cal y canto. Pero cuando Mike Parsons apareció en sus tierras pidiéndole trabajar en ella se vio en un dilema. Si le decía que no, se iría y no volvería a verle más, pero si le decía que sí, le duraría muy poco. Ninguna de las dos opciones le satisfacía. Solo podía rezar porque siguiera las reglas.
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