Como lo hacen cada mes de junio, los Fox han conducido por las sinuosas carreteras de los Apalaches para dejar a sus hijos para una estadía de dos semanas en casa de su abuela. Aquí, Thea, de doce años, puede correr libre y respirar los olores del pino, del pan recién hecho y de las velas hechas a mano por la abuela. Pero cuando sus padres regresan a los suburbios de Virginia, no tienen idea de que están a punto de cruzarse con una bomba de tiempo.
De vuelta en Kentucky, Thea y su abuela Lucy despiertan de la misma pesadilla. Y aunque los dos nunca han hablado del tipo especial de visión que comparten, tan pronto como sus ojos llorosos se encuentran, saben que algo terrible ha sucedido.
Los niños se quedarán con la abuela ahora en Redbud Hollow y, gracias a la visión de Thea, el asesino de sus padres pasará su vida en una prisión de máxima seguridad. Con el tiempo, Thea hará amigos, construirá una carrera y encontrará el amor. Pero esa capacidad de ver las mentes y las almas todavía acecha dentro de ella, y aunque la abuela lo llama un don, se siente más como una maldición, porque la reclusa que destrozó su infancia tiene la misma capacidad. Thea puede escuchar sus pensamientos retorcidos y presenciar sus actos malvados a kilómetros de distancia. Él lo sabe y tiene hambre de venganza. Se librará una batalla larga y silenciosa entre ellos y, finalmente, los enfrentará cara a cara y cara a cara...
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