Cómo perder a un duque en diez años... sin perder el corazón.
Érase una vez, dos enemigos jurados, la hija de un erudito y el heredero diabólico de un duque, hicieron un pacto: si ambos seguían solteros dentro de diez años, se casarían.
Era una broma, pensó Nicola. ¿Una duquesa? ¿Su?
Pero cuando el duque de Westleigh regresa una década después, habla en serio. Él necesita un heredero, por lo que la obliga a cumplir su acuerdo matrimonial: anillo de diamantes, vestido lujoso, baile de compromiso y más. Nada de lo que Nicola diga puede disuadirlo. Cuando ella lo llama arrogante, él elogia su honestidad. Cuando ella comete tropiezos sociales, él la atrapa en la caída. Y cuando ella se exaspera, el duque parece no tener suficiente. Por razones que ella no puede comprender, él afirma que ninguna otra mujer servirá.
Él apuesta a que puede hacerla cambiar de opinión, con lógica y pasión.
Ella apuesta a que puede hacerle cambiar de opinión, simplemente siendo ella misma.
Y a medida que el reloj avanza hacia el día de la boda, ninguno de los dos cuenta con perder el corazón.
Érase una vez, dos enemigos jurados, la hija de un erudito y el heredero diabólico de un duque, hicieron un pacto: si ambos seguían solteros dentro de diez años, se casarían.
Era una broma, pensó Nicola. ¿Una duquesa? ¿Su?
Pero cuando el duque de Westleigh regresa una década después, habla en serio. Él necesita un heredero, por lo que la obliga a cumplir su acuerdo matrimonial: anillo de diamantes, vestido lujoso, baile de compromiso y más. Nada de lo que Nicola diga puede disuadirlo. Cuando ella lo llama arrogante, él elogia su honestidad. Cuando ella comete tropiezos sociales, él la atrapa en la caída. Y cuando ella se exaspera, el duque parece no tener suficiente. Por razones que ella no puede comprender, él afirma que ninguna otra mujer servirá.
Él apuesta a que puede hacerla cambiar de opinión, con lógica y pasión.
Ella apuesta a que puede hacerle cambiar de opinión, simplemente siendo ella misma.
Y a medida que el reloj avanza hacia el día de la boda, ninguno de los dos cuenta con perder el corazón.
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