Comencé mi tarea y empecé a leer este libro. Me costaba leerlo, así que decidí que como había visto la película, no lo iba a leer. Casi Craso error, me dirigí al final para ver si termina igual y me di cuenta que no iba a terminar igual. Por lo cual seguí mi instinto de lectora y me afané en la tarea de leerlo de todas maneras. Fue una sabia decisión.
El libro es totalmente diferente a la película, de verdad. Sí, se trata de la antimateria, de una conspiración y de Illuminatis versus la iglesia católica. Pero en realidad todos los acontecimientos fueron distintos, fue como si leyera por primera vez la historia. Me encontré varias veces pensando en ahora ocurrirá esto y no, eran otras cosas. Así que si viste la película te sugiero leer el libro, es nuevo y mejor.
Dan Brown, tiene un don, es el saber mantenernos entusiasmados, capítulo a capítulo. Él sabe a través de la búsqueda de un tesoro o de una investigación, de un enigma. Como mantenernos embelesados en sus libros. Los cuales están llenos de conspiraciones, de hechos reales entre cruzados con la fantasía.
En este libro los Ángeles de Bernini son los que nos llevan a la búsqueda de un misterio, a la búsqueda de una de las sectas o cofradías, más grandes y enigmáticas de la historia “los illuminatis”, es un viaje a través de la mágica roma y el misterioso y sagrado vaticano.
En una búsqueda con la bella Vittoria, nos guiará el profesor de arte Robert Langdon. Con él encontraremos la verdad en medio de tantas tinieblas. Ellos serán puestos a prueba en un solo día de inesperadas aventuras, peligros, de tramas y mentiras.
La pluma ágil del autor, nos dan cuenta de porque es un gran creador de Best sellers.
Por HS
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Sinopsis:
El físico Leonardo Vetra olió a carne quemada, y comprendió que era la suya. Miró horrorizado a la figura oscura que le amenazaba.
- ¿Qué quieres?
- La chiave - contestó la voz rasposa -. El santo y seña
- Pero yo no...
El intruso hundió un poco más el objeto al rojo vivo en el pecho de Vetra. Se oyó el siseo de la carne al arder. Vetra lanzó un grito de dolor. - ¡No hay santo y seña!Sintió que se sumía en la inconsciencia. La figura le fulminó con la mirada.-Ne avevo paura. Me lo temía. Vetra se esforzó por no perder el conocimiento, pero la oscuridad se estaba cerrando sobre él. Su único consuelo consistía en saber que su agresor nunca obtendría lo que había venido a buscar. Sin embargo, un momento después, la figura extrajo un cuchillo y lo acercó a la cara de Vetra. La hoja osciló. Con cautela. Como un escalpelo. -¡Por el amor de Dios!- chilló Vetra. Pero ya era demasiado tarde.
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